25 de junio de 2013

Mi vida en la Santería 9: religiosos ladrones

1.
Fuimos invitados por T para participar en una coronación de Santo doble para una mujer y un hombre: Yemayá y Shango con oro para Aggayu, pero la ceremonia era entre semana, así que si bien aceptamos también advertimos que contaran con nosotros un poco tarde por nuestros horarios de trabajo…

Apenas y llegamos sucedió algo raro: T me remitió al Cuarto de Santo mientras que a mi esposa la mandó a la cocina… pasaron las horas y ya entrada la madrugada terminamos… nos despedimos y al hacerlo de T se comportó de una manera un tanto distante…

A los 4 días regresamos a casa de T: quería platicar con los Iyawos antes de que salieran del Trono… mi esposa se quedó con una conocida hija de Oshun por lo que en un principio entré solo, sin embargo, T me alcanzó y sin más comenzó una perorata hacia los dos recién iniciados…

- ustedes deben de saber que cuando un Santero mayor participa en su coronación de Santo, deben respetarlo en cualquier situación – soltó T sin más…
- sí – respondió la pareja…
- porque esa persona que viene ayudar para que sean iniciados, trabaja o deja de atender compromisos para estar con ustedes durante horas, estando al pendiente de que todo salga bien…
- sí – respondió la pareja…
- por ello es que su respeto y agradecimiento debe ser permanente – continuó T – y sobre todo: ustedes deben acercarse a ellos, los mayores, a preguntar… a plantear dudas… aprender de esa experiencia para que con el tiempo sean también grandes religiosos…
- sí – respondió la pareja…
- y en este sentido deben saber que entonces el derecho que ustedes incluyeron en todos los gastos de su ceremonia, para pagarle a los mayores por su participación, es un dinero bien invertido que los Orishas les duplicarán en su momento, porque ustedes lo entregaron de corazón…
- sí – respondió la pareja…
- y también es una forma de corresponder la aportación en todo lo que estará haciendo de ustedes mejores personas: ser Santeros…
- sí – respondió la pareja…
- mucho o poco, yo tengo el derecho que le voy a pagar saliendo de esta habitación a él – me señaló - y a su esposa por haber estado en su ceremonia, y ustedes deben saber que estuvo bien invertido…
- sí – respondió la pareja…
- la cantidad que les pagaré – y dijo T un monto que me pareció por demás generoso, al tiempo que seguía reiterando exageradamente en el tema con sus ahijados a tal punto, que mi paciencia comenzó a esfumarse – se las entregaré en este momento, así que despídanse del mayor que tengo asuntos qué arreglar con él…


En ese momento entró mi esposa a la habitación… los dos Iyawos nos pidieron los “levantáramos”, platicamos unos minutos más, nos despedimos y salimos… una vez en la sala nos acomodamos en uno de los sillones, T se puso frente a nosotros sentándose en una silla de madera y sin más preguntó con exagerada alegría…

- y qué me cuentan?
- no mucho – le dije al tiempo que escuchaba la advertencia de mi muerto: no piensa pagarles ningún derecho, mintió frente a sus ahijados – de hecho ya nos vamos pues venimos de trabajar, ya es noche y estamos cansados…
- cuándo los veo de nuevo? – preguntó T en un tono que más que diplomático, me sonó hipócrita…
- yo te llamo – dije al tiempo que nos poníamos de pie…

Nos despedimos y antes de salir me coloqué en cuclillas frente a un Eshu que estaba detrás de la puerta, hablé con él en voz baja, me despedí de él dando 3 golpes en el piso y salimos de la casa… mi esposa estaba intrigada, así que me preguntó sobre mi conversación con el Orisha…

- le di las gracias por todo y le avisé que no volvíamos a poner un pie en casa de T – le respondí entre risas…
- y eso? – inquirió con curiosidad…
- le comenté que no podía trabajar religión con gente mentirosa y ladrona – y me reí de nuevo…
- y eso? – me cuestionó de nuevo mientras nos subíamos al auto… camino a casa le platiqué lo del robo del derecho que según nos correspondía… y efectivamente: nunca regresamos a casa de T…

2.
- oye, necesito que me hagas dos favores – soltó R a través del celular: un Babalow a quien conocía desde hace muchos años y con el cual ingenuamente yo pensaba que teníamos una sincera amistad…
- dime – le respondí…
- me prestas a tu Oya para hacer un ebboe?…
- y eso? – pregunté aburrido suponiendo lo que vendría a continuación…
- se trata de una chica con problemas y necesito hacerle una obra…
- y? – repetí esperando que el trabajo se realizara el sábado, pues era lunes y desvelarse al principio de la semana no me sonó excitante
- sería esta noche – aclaró R…
- bueno – dije no muy convencido – dónde nos vemos?
- ese es el otro favor – dijo R haciéndose el simpático – puede ser en tu casa?
- bueeeennnnoooo – dije arrastrando las palabras sin poder evitarlo…
- va, entonces te veo a las 8 de la noche?
- dale – respondí y colgamos…

Le marqué a mi esposa a su celular y le di la noticia… me respondió con un escueto “jum”…

Ese mismo día R apareció hasta las 10 de la noche para trabajar Santería, acompañado de una señora y la citada jovencita… se disculpó como si con eso remediara lo que ya parecía ser la prevista desvelada… me dijo que si podíamos entrar a platicar a la habitación que tengo destinada para trabajar religión y una vez ahí me informó que el ebboe consistía en hacer rompimiento, baño con omiero, dar un akukó a Eshu, adie éru meyi a Oya, rogarle la cabeza y ponerle elekes a la chamaca…

- pues vamos a darle para que NO nos de la madrugada – le respondí sin saber si había ocultado bien mi enojo pues calculé que si lo hacíamos rápido terminaríamos en unas tres horas…
- vamos – dijo animado…


Para la parte del rompimiento, lavar la cabeza y el baño con omiero se necesitó la participación de mi esposa, mientras yo preparaba la pasta para la rogación (que tuve que completar pues no llevaron todos los ingredientes) y R platicaba con la mamá de la joven… ya que estuvo preparada la adolescente atendimos a Eshu y después a Oya, para lo cual tuve que sacar epo pues R tampoco había llevado… se colocaron los elekes y se hizo la rogación para lo cual pidió prestado mi Obatalá y de paso dos ataná…

Terminamos a eso de la una y media de la madrugada… la chica estaba emocionada mientras que su mamá bostezaba, R simulaba limpiar el piso donde se atendió a los Orishas y mi esposa y yo estábamos a punto de quedarnos dormidos de pie…

Una vez que aparentemente se recogió todo, R le hizo una señal a la señora y a su hija para que se despidieran… y en ese momento se dio algo extraño que de inmediatamente supe interpretar: la mujer y su hija no sabían si salir ya de mi casa, mientras por su lado R las apremiaba con la mirada… y como no entendieron él me pidió lo acompañara a la habitación donde habíamos trabajado…

- un favor – dijo con aparente pena - la señora no trajo dinero, así que no puedo dejarte tu derecho por habernos prestado a tu Eshu y a Oya…
- y eso? – dije por decir algo, para incomodarlo, porque sabía que ante su primer comentario no había más por hacer…
- pues es que sí traía dinero, pero poco… y en el camino tuvimos que comprar otras cosas – explicó…
- está bien – solté por no dejar, porque por la hora a la que llegaron y debido a la falta de algunos ingredientes que yo tuve que poner, lo único que se me ocurrió que pudieron haberse detenido a comprar antes de llegar a mi casa eran unos tacos…
- pero te lo doy el fin de semana – dijo, pero tras dudarlo un poco, amenazó – o cuando ella me pague lo que falta…

Regresamos a la sala y la señora y su hija seguían ahí… se despidieron sin convencerme del sincero agradecimiento que dijeron tenerme, R simuló tener prisa y también salió rápido…

Mi esposa entró a la cocina para preparar algo de cenar y yo empecé a recorrer las habitaciones donde estuvimos para apagar las luces, sin embargo, al entrar al baño vi la ducha llena de hierbitas del omiero y en general el piso lleno de agua y manchado con huellas de zapatos…

Así que fui a la cocina por una cubeta y una jerga para limpiar, más cuando quise abrir más la puerta de la ducha estaba atorada… traté de correrla y nada… me armé de paciencia… hice otro intento de moverla con cierta delicadeza y tampoco cedió… probé tratando de levantarla por vla parte de arriba para cargarla y que se pudiera mover, pero al hacerlo una de las rondanas simplemente se cayó y entonces tuve que reconocer que ya me habían jodido la puerta…

Unos 15 minutos después el baño estaba reluciente, cenamos rápido y subimos a tratar dormir… antes de acostarnos le comenté a mi esposa que la puerta del baño estaba descompuesta… se limitó a mover la cabeza en forma negativa…

R se esfumó durante casi un mes y cuando reapareció no mencionó el pago de mi derecho… de hecho jamás volvió a tocar el tema…

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