14 de enero de 2016

Mi vida en la Santería 36: Eleggua llegó al tambor

para mi amigo alfonso,
testigo del siguiente hecho

1.
A mi ahijado lo mandó Ifa a rayarse en Palo Monte, recibir la Mano de Orunla y pasar a la Osha… cumplió con las dos primeras ceremonias, pero no fue puntual con el consejo de alejarse de los problemas con mujeres, pese a que lo señalaron el Nfumbe y Orunmila: si bien durante algunos meses su vida se estabilizó mientras obedeció, volvió a las andadas amorosas y todo se le complicó nuevamente…

Era joven, con fuertes ingresos económicos al administrar la cadena de ferreterías de su padre, con tendencia a la buena vida, los viajes, los autos y la citada debilidad por el sexo femenino, por lo que padecía constantes maldiciones y brujerías de aquellas que buscaban su dinero…

En un registro Orunla lo dio Odi Ogbe, le regañó por haberse metido con una mujer casada, le advirtió de la venganza del marido ofendido, le previno sobre chismes, le sugirió cuidarse de traiciones, le recordó la necesidad de hacerse el Santo y mandó darle tambor a Shango para que ganara la guerra: estuvo de acuerdo con todo…

2.
Días después lo contacté por teléfono y le expliqué que su problema era que le sobraba el dinero, que para otra persona dar un tambor implicaba un gran esfuerzo, y por lo mismo, corría el riesgo de no comprender el significado del sacrificio que le pedía Orunmila…

El joven sopesó mis palabras, no alegó nada a su favor y en cambio me pidió lo apoyara con una lista detallando lo que implicaba realizar un tambor para personalmente hacerse cargo de los detalles…

3.
El toque en honor a Shango se hizo de manera discreta, celebrándose entre semana y en un horario incómodo para los que trabajaban: al medio día… todo se organizó correctamente, se montó un trono abundante de fruta y botellas de vino, se sirvieron varios platillos y se contó con unos 20 asistentes, incluyendo a mi amigo Alfonso…

Una vez que llegaron los tamboreros se sentaron frente al trono, pero decidieron esperar unos minutos por si llegaban más invitados, lo que ocurrió con dos Tatas y una mujer con un pequeño de unos siete años de edad, a quienes nadie puso gran atención…


El Akpwón dio la instrucción de comenzar, más antes de sonar el primer tamborazo la mujer y el niño se colocaron ante el trono y encendieron una veladora para Eleggua, hasta entonces inició el toque…

Concluido el Orun las Iyanifá sirvieron la comida con la ayuda de mi ahijado, una vez que los asistentes terminaron conversé un poco con Alfonso hasta que el toque reinició y el Babalowo me pidió buscara a mi ahijado para subir a una de las recámaras de la casa…

Ya a solas acomodó entre sus piernas un tablero de Ifa, pidió a mi ahijado se sentara frente a él y con el epkuele sacó un signo… tras reflexionar avisó que traía una inquietud y Orunla se la confirmó…

- este tambor es para que Shangó te haga frente con tus enemigos…
- así es – respondió mi ahijado confundido…
- y también para evitarte problemas en el futuro – insistió…
- creo que sí – asintió…
- independiente de lo que estás ofreciendo a Shangó debes hacer otro sacrificio y para ello debes darle un regalo a uno de los asistentes…
- regalo? de qué? – preguntó sin terminar de entender…
- tú sabrás… lo que te nazca, pero hazlo - una vez que todo quedó claro regresamos a la planta baja…

4.
Finalizado el tambor, mi ahijado me preguntó a cuál de los asistentes debería darle la atención cuando la mujer y el niño se nos acercaron…

- estuvo todo bonito y la comida muy rica – dijo viendo a su hijo sentado ante el trono y con las manos llenas de guayabas…
- espero que haya sido de su agrado – comentó mi ahijado…
- sí – afirmó con una sonrisa, volteó hacia donde estaba el pilón de Shangó y agregó – él está muy contento…
- aún hay bastante comida – agregué – por si quieres algo más…
- al rato – dijo y se alejó en dirección a su hijo…
- rara tu invitada – dije…
- pensé que era tuya – devolvió mi ahijado…
- quién es la señora? –preguntó nervioso un Babalowo…
- una convidada tuya – solté – no te hagas…
- ni mía ni de ninguno de los tamboreros: ya investigué…

Aquello me dio una pista: me alejé y pregunté a los demás sobre quién la invitó, incluyendo a los dueños de la casa, más la respuesta fue la misma: nadie la conocía… en algún momento la vi platicando con mi esposa así que me acerqué, pero apenas y llegué ella me encaró…

- ya no investigues quién nos invitó – advirtió – fue Elegguá…
- vaya – dije mientras se acercaban un Babalowo y el dueño de la casa…
- vivimos en un cuartito – explicó – conseguí quién me lo rentara después de estar viviendo debajo de un tráiler abandonado… como ya se vinieron los fríos tuve que buscar algo más calientito para mi chamaco, pero un trabajo que me prometieron al final no me lo dieron…
- qué barbaridad – exclamó mi ahijado incorporándose a la plática…
- pero el patrón me dijo que si no le daba hoy el depósito, mañana nos saca… pero recordé que una amiga me habló de los Santos, de Eleggua y me regaló una veladora para que se la encendiera… la guardé hasta que hoy por la mañana le dije a mi hijo: “vente, vamos a la calle a buscar a Eleggua” y ya verás que conseguimos el dinero…
- impresionante – exclamó el Babalowo…
- caminamos por horas y mi hijo se cansó porque teníamos dos días sin comer… escuché los tamborcitos y le dije: ves, ya encontramos a Elegguá… nos metimos aquí para ponerle su veladora y pedirle ayuda…


Tomé del brazo a mi ahijado para apartarlo del grupo mientras los demás continuaban escuchando a la mujer… salimos al patio…

- ya tienes a quien darle el regalo - le advertí…
- cómo? – preguntó sin entender…
- tú tienes que entregar algo a una de las personas que vinieron… la mujer necesita pagar su renta… entiendes?
- claaaro – exclamó - pero no sé cuánto dinero necesita…
- tan fácil como que le preguntes – dije… y así lo hizo: entró a la casa, cuestionó a la mujer y le entregó el equivalente a 3 meses de renta…

El dueño de la casa avisó a su esposa que Elegguá estaba ahí, pidió se metiera comida en recipientes, mientras él buscaba ropa para dársela y un Babalowo comenzó a llenar bolsas con fruta…

Luego que varios asistentes recolectaron aquello que pudiera serles de utilidad, la mujer ya contaba con varias bolsas y cajas que dificultaban cargarlos, así que sugerí a mi ahijado los llevara a su casa… aceptó pidiendo a mi esposa y a mí lo acompañáramos… accedí intrigado por lo que pudiera conversar con ella y máxime por lo que dijera el niño

5.
La plática fue con ambos y lo que debía haber sido un trayecto de 30 minutos alcanzó casi 2 horas de profundas revelaciones, así que cuando regresamos a la casa muchos concurrentes ya se habían ido y los Babalowos, Santeros y Tatas que se quedaron habían dado cuenta de una botella de ron y comenzaban con otra…

Una vez que llegamos comenzamos a limpiar la casa, a sugerencia mía, para evitar cuestionamientos sobre lo acontecido con la mamá e hijo, por lo que el tema se limitó a lo que había observado cada uno a partir de que llegaron a la casa…

Terminamos, comenté con Alfonso que era hora de irnos, nos despedimos pretextando los compromisos laborales del siguiente día y quedamos en volver en tres días para levantar el trono: nadie insistió en que nos quedáramos…

Acerqué a mi amigo a una estación del metro y de ahí mi esposa y yo fuimos a buscar una encrucijada, completamente oscura, para realizar la obra que me explicó el niño (tras sacar siete guayabas de una de las bolsas y entregármelas), lugar que encontré en una zona industrial al oriente de la ciudad y en donde hice mi ebboe sin mayor problema… 

13 comentarios:

Omolokun dijo...

Buen día Abure.
Simplemente, sin palabras.
Ashe!!!

ujule rachid dijo...

saludos, hermano... a veces al escribirlo se queda uno corto: imagínate todos los detalles que sucedieron durante las 8 horas (más o menos) que duró lo narrado... un abrazo....

Anónimo dijo...

1. Es hora de que escribas un libro, y cuando menos obsequianoslo a quienes por culpa de ese Sr. Eleggua llegamos a tu vida... Y tengamos a bien quizás algún día leerlo frente a los nietos y digamos, escucha esta historia...
Y claro revivamos ese muy emotivo momento y tenga el beneplácito de redisfrutar que soy parte de una historia, del buen "santero, curandero y escritor Ujule rachid.

Anónimo dijo...

2. Recuerdo esa mañana-tarde, me emocione porque era y fue el único toque de yambos al que ido (sonrisas), y fue sí, en efecto de mi gran sorpresa observar la escena y ver la alegría con que el 'niño" y su mamá se integraron al baile, al convite y la religiosidad con la que se acercaron al trono y saludaron al Sr., al Gran Sr. Eleggua; de momento tampoco la " capte" -como decimos por acá coloquialmente- y aún cuando al salir de la casa, con mi respectivo dote de fruta, nos fuimos conversando del asunto, en tu auto, tu ibas muy emocionado, y ahora se porque, pero en seguida preguntaré. Se que en efecto que si lo vemos como una casualidad, sin la magia que siempre conviene a estos rituales, sería sólo eso, una enorme casualidad, cuestión que no es así, porque cuando metí a la razón en todo esto, resulta que esta mujer con su "niño", camino cuando menos 10 km de donde dijo que estaba viviendo, y la casa donde se llevó acabó no esta ni en línea recta, ni mucho menos cerca de ninguna plaza o centro comercial, ni nada que se le parezca, y por último, los tambores no sonaban cual volumen incontrolado como suele suceder en las fiestas que se hacen por estos terruños.
Entonces: sin el mínimo de fe, de como se mueven estas energías, o entender como son los designios de los orishas, no tendría sentido ningún sacrificio u homenaje a los orishas u oshas, pues aquí el Don Sr. Eleggua abrió camino, al que necesitaba dar y al que necesitaba recibir y así cerrar un ciclo. Así es esté Sr. que le hacemos ;)

Anónimo dijo...

3. Tres y último, y por favor disculpame que plagie tu estilo...
Me imaginó una escena donde el "niño" y su mamá al perderse de la vista tuya al dejarlos se desvanecieron, tal cual película, je, pero no sin antes haberte dado su bendición también, lo que para Ti concluyó en obra, ebboe; no lo sabremos nunca.

Término: gracias una vez más por compartir y esclarecerme un sin fin de número de cosas.
Lo que sea que reine el universo te bendiga y te colme en compañía de los tuyos.
Muy agradecido contigo mi A...Ujule Rachid.

ujule rachid dijo...

Alfonso... o José Krüz... mejor te llamo Amigo: Un poco de Fé y moverás montañas...

Anónimo dijo...

Todo está conectado, quien no esté en esto pensaría que se trata de una elaborada historia aunque la realidad supera a la ficción. Es todo un hallazgo tu blog, vengo del blog de ifápagano, ando leyendo e investigando cosas relacionadas a su visión realmente muy interesante. Zala Malekum.

ujule rachid dijo...

gracias por tus palabras anónimo, como le dije a mi mpangui Omolokun: describirlo se queda uno corto pues fueron 8 horas (más o menos) de diversos detalles que por razones de espacio omití... saludos...

Pitic dijo...

Mis experiencias con Elegua son similares, no es nada discreto, cuando le pides algo y te lo da es instantáneo, no has acabado de pedirlo y ya esta sonando el celular con la solución. Cuando esta de tu lado es tremendo, eso si tiene una vena juguetona y cuando no esta contento se nota. Yo tengo coronado Elegua y también soy hijo de Oshun y la verdad los dos pequeños son tremendos a las buenas y temibles a las malas.
Un saludo.

ujule rachid dijo...

así es, como lo señalé en un texto publicado en este blog: "eleggua es un señor muy cabrón... saludos pitic....

Pitic dijo...

Comentando casos extremos he visto cosas fuertes sobre todo con muertos de por medio pero lo mas extraño que me ha pasado a mi es lo siguiente. Cumplido mi año de yaworaje y después de atender a mis orishas como corresponde me fui de vacaciones a la playa con la familia. Dando paseos por la orilla de la playa se me metió en la cabeza que tenia que meterme en el agua y coger un puñado de arena, después de tener esa sensación por un tiempo me decidí, me metí y ya una vez cubierto hasta el pecho (no me gusta no tocar suelo en el mar) bucee un poco y cogí un puñado de arena, al principio pensé que se me había salido la alianza del dedo tal fue el asombro que me invadió, pero no, en mis manos había un anillo de plata con pequeños diseños como de 3 olas por todo el. Todavía cuando me acuerdo me asombro. El caso es que siempre asumí que era un regalo de Yemaya por el Iyaworaje, aunque últimamente tengo dudas. El anillo me cabe únicamente en el dedo meñique de la mano, no suelo ponérmelo aunque cuando lo hago me proporciona serenidad, sin embargo en cuestión de horas se genera alguna discusión con mi esposa, me lo quito y rápidamente se calman los ánimos. ¿Usted que opina Ujule?

ujule rachid dijo...

muy interesante lo que cuentas pitic, aunque nunca te has preguntado a quién pertenecía ese anillo? a una persona muerta? de dónde vino?... quizá para ti sea lo de menos, pues lo obvio sería pensar que alguien lo perdió y ya, pero no es tan sencillo si recordamos que los auténticos orishas muerteros son yemayá y olokun, principalmente yemayá (aunque algunos erróneamente afirman que es oya), pero además, recordemos que en muchas ocasiones los anillos (bien trabajados esotéricamente) sirven para encadenar, aprisionar y hasta para hundir la vida de cualquier persona… por si fuera poco, todas las alhajas terminan por absorber algo de lo bueno o lo malo del astral de su dueño… sé que por la situación todo apunte a que fue un detalle de yemayá, pero en ocasiones las cosas no son lo que parece, sobre torodo tratándose de las deidades africanas, por ello eso de a quién pertenecía ese anillo?... quizá a una persona muerta?… de dónde vino?...

saludos

Anónimo dijo...

Ojala pudiera dar más detalles de lo vivido, en un segundo texto. Con lo poco que se, me imagino a la madre como oshun y al niño como eleggua.
Saludos